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viernes, 13 de febrero de 2009

Ruta Nacional 151










Atraviesa el oeste pampeano uniendo Santa Isabel con 25 de mayo.
En aproximadamente 200 kms. sólo se encuentran las pequeñas localidades de Algarrobo del Águila y Puelén.
Es el paso obligado entre Mendoza y la Patagonia.
Las fotografías intentan reflejar la dureza del paisaje y la precariedad en que viven los escasos habitantes de la zona donde uno se puede encontrar con curiosidades como un entrenador de perros galgos para una competencia deportiva (en Santa Isabel).
El curso de agua que se aprecia en una de las fotos es el "Arroyo de la Barda", cercano a Algarrobo del Águila, de curso intermitente.
La situación de la zona se agravó notablemente en la década de los '40 cuando fueron construídas una serie de represas en la provincia de Mendoza que afectaron el caudal de los cursos de agua que la surcan.
Esto dio lugara un conflicto que después de más de seis décadas no ha concluído.

El poeta salteño Manuel J. Castilla escribió la letra de una zamba a la que pusieron música dos pampeanos en la cual se brinda un panorama de lo que significó para los pobladores de la zona la pérdida del agua


ZAMBA DEL RÍO ROBADO

Letra: Manuel J. Castilla.
Música: Enrique Fernández Mendía / Guillermo Mareque
Intérprete: Edith Rossetti

Cuando cortan el Atuel
queda sin agua el Salado
llenos de arena los ojos
va lagrimeando el pampeano.

Así, desierta la tierra,
solo se nos va quedando;
los vientos por las jarillas
sobre la sal van llorando.

¡Saladito, saladito!
Astillas de mi caldén;
El que siembra en las arenas
se va muriendo de sed.

Agüita robada, agüita,
¿qué tierras andás regando?
Santa Isabel por el cielo
sentido te está esperando.

Agüita, cielo perdido,
que te nos vas de las manos,
vienes viniendo en el vino
y La Pampa te hace canto.

¡Saladito, saladito!
Astillas de mi caldén;
El que siembra en las arenas
se va muriendo de sed.


Cuando en el oeste hay abundancia o exceso de agua, las compuertas se abren y los pampeanos pueden diasfrutar del vital elemento. Este momento de efímero regocijo es contado por el poeta de Realicó Carlos Rodrigo y el músico de Santa Rosa Rubén Rafael Luis Evangelista (Cacho Arenas).


EL REGRESO DEL RÍO

Letra: Carlos Rodrigo
Música: Cacho Arenas
Intérprete: Cacho Arenas


Entre las piedras resecas
del curso de un río que estuvo y se fue
vuelven las aguas oscuras
que de vez en cuando nos manda el Atuel.

Vienen bajo el sol de agosto
bañando las ramas del viejo caldén
aquel que esperando en vano
el rumor del agua se murió de sed.

Vuelve a vivir el Salado
su antiguo murmullo de arena y tonel
y le cantan las calandrias
junto al viejo puente de Santa Isabel.

El Arroyo de la Barda
abre su garganta de jarilla y sal
y ese milagro esperado
pone mil matices en el pedregal.

Tornan los mustios jagüeles
a llenar sus vientres secos de esperar
donde de noche la luna
como en otros tiempos se vendrá a mirar.

Vuelve a vivir el Salado
su antiguo murmullo de arena y tonel
y le cantan las calandrias
junto al viejo puente de Santa Isabel.

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