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lunes, 2 de febrero de 2009

Clemente Onelli




















A 180 Km. al este de Bariloche en plena Línea Sur se encuentra Clemente Onelli, paraje habitado por menos de un centenar de personas. A la frustración de la Ruta 23 cuyo asfalto se viene postergando desde 1947, se suma un ferrocarril que ahora (cuando funciona) no se detiene en el viejo paradero.
Es el punto con temperaturas más extremas en la provincia de Río Negro y uno de los más crudos del país. En invierno es habitual que se registren menos de 20 grados bajo cero.
En plena fiesta menemista Onelli gozó de sus cinco minutos de fama a través de la publicidad que Telefónica de Argentina realizó con motivo de instalar el primer (y hasta hoy único) teléfono.
Décadas de postergación no han mermado la belleza brindada por la calidez de la gente del lugar y la magia de la estepa.
Esta entrada es un homenaje al maestro de la escuela-hogar del lugar, Eduardo Osés, y a todos los que aún resisten en medio de la casi nada.


Clemente Onelli, Comallo, Pilcaniyeu, Pichi Leufu...
La rigurosa estepa patagónica y el desamparo de sus habitantes retratados por Hugo Giménez Agüero


MIS PUEBLOS DEL SUR

Letra y música: Hugo Giménez Agüero


Saliendo en el tren desde Ingeniero Jacobacci a Bariloche,
la vida afuera entre mesetas y cañadones
es como un pájaro sin plumas, como un chorrillo seco,
como un rancho sin techo,
es como un eterno cuadro de Juanito Laguna,
al que ningún pintor podría copiar.

Por los lejanos pueblitos del sur
Vi la miseria saludando al tren
Que a veces pasa dejando la luz
De la esperanza.

Rancho de adobes capilla sin cruz
Ojos pequeños queriendo volar
Manos al aire como de papel
A la distancia.

Azul al viento los pueblos del sur
Son casi nada y acaso un tal vez
Donde la gente cuando pasa el tren
En su silencio se marcha con él.

Es el mallín de la vida el dolor
Como estampita pegada en la piel
Que a veces trae un cachito de luz
Pero no alcanza.

A quien le importan mis pueblos del sur
Ya nadie baja cuando pasa el tren
Llegó el olvido dejando hacia atrás
La pobre gente.

Azul al viento los pueblos del sur
Son casi nada y acaso un tal vez
Donde la gente cuando pasa el tren
En su silencio se marcha con él.

1 comentario:

  1. Sergio, en este lugar, allá por 1971 ó 1972, sufrí el mayor frío de mi vida. Creo que la temperatura bajó a más de 20 grados centígrados bajo cero. No quiero exagerar, pero por ahí andaba. Ibamos a las casas del cacique Prafil, ubicadas cerca del pueblo.

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