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domingo, 22 de febrero de 2009

San Antonio Oeste






Cuando conocí la ciudad, hace muchos años, me llamó la atención ver los barcos pesqueros tumbados sobre la tierra. Así supe que esto se produce durante la bajamar debido a la gran amplitud de las mareas en la Patagonia.


Datos sobre San Antonio Oeste

Fuente: Wikipedia

San Antonio Oeste es la ciudad cabecera del departamento San Antonio, en la provincia de Río Negro, Argentina.
Su actividad económica se centra en la pesca, la exportación y el turismo, ya que del municipio de esta ciudad dependen el Puerto de aguas profundas de San Antonio Este y la villa turística de Las Grutas, reconocido balneario de la Patagonia.


Historia

Una expedición española al mando del teniente Pedro García, arriba a las costas del golfo San Matías el 17 de enero de 1779, día de San Antonio de Abad, razón por la cual la ciudad recibe su nombre.
Los primeros asentamientos en la zona se ubicaron en la zona de "Saco Viejo", actual Puerto San Antonio Este, a fines del siglo XIX.
Debido a la falta de agua, la población se trasladó al sector oeste de la caleta, actual ubicación de la ciudad, y el 10 de julio de 1905 se da como fecha de nacimiento a San Antonio Oeste.
La falta de caminos impulsó la creación de un puerto que permitiera concentrar la producción del campo para su posterior envío a Buenos Aires.
Las primeras construcciones eran precarias y en su mayoría eran de chapas de zinc. Pero en la dédada del 20, al popularizarse el ladrillo como material de construcción, se llegaron a construir edificios públicos de dimensiones iguales y hasta superiores a sus similares del resto de la provincia de Río Negro y Neuquén.
En 1910 comenzaron los trabajos de construcción de la línea ferroviaria que uniría Viedma con Bariloche razón por la cual, la zona comenzó a recibir nuevos pobladores.
En los años 1930 este puerto natural era de gran importancia para la Patagonia y especialmente para la provincia de Río Negro, llegando a convertirse en el segundo mercado de concentración de lanas del país.
La lana era clasificada en San Antonio Oeste por calidad y se exportaba en su totalidad a través del puerto, transbordando en Buenos Aires a barcos de mayor calado.
Al llegar la línea ferroviaria hasta Buenos Aires, lentamente la actividad fue decayendo. El ferrocarril unió Buenos Aires con Bariloche y San Antonio Oeste pasó a ser una estación intermedia.
Durante 1944 el puerto del oeste llamado "Punta Verde", dejó de operar.
Desde 2000, el puerto del oeste funciona con una mínima actividad pesquera. El puerto de aguas profundas, San Antonio Este, se inauguró en la margen este.
Lo que evitó el despoblamiento de la zona fue, sin lugar a dudas, la presencia de la superintendencia y los talleres de la línea ferroviaria, que fueron una importante fuente de trabajo.

Durante muchos años, hasta su muerte, el representante más genuino de la actividad poética sanantoniense fue Héctor Julio Meis, quien dejó como legado centenares de poemas en los que le pone sentimientos a las vivencias de la ciudad. "Tabaco y Sal" es seguramente su obra más trascendente y conocida, la cual hoy forma parte de cuadros que se exhiben en comercios e instituciones. Se trata de un poema que ya ganó la calle y pasó a formar parte de la cultura local.
Néstor Martínez, cantor de la ciudad de Esquel, al musicalizar el poema de Meis lo llevó a los escenarios de la región.

TABACO Y SAL

Letra: Héctor Julio Meis
Música: Néstor Martínez


Tenía los ojos cansados
de tanto mirar el mar
y esa voz aguardentosa
mezcla de tabaco y sal.

Para él no había secretos
en el arte de pescar,
era como un libro abierto
el viejo lobo de mar.

Pero las olas del tiempo
no son como las del mar:
los años se van flotando,
no se pueden amarrar.

Tristeza del marinero
que murió tejiendo red
y se fue a pescar al cielo
en un barco de papel.

Y capeando temporales,
al garete y sin timón
va navegando en las noches
por esos mares de Dios.

Si alguna vez en el Golfo
ves a la luna brillar
fijáte que hay una barca
que parece regresar.

Es el alma de aquel viejo
que navega sin cesar,
va cantando con voz ronca,
mezcla de tabaco y sal.

Carmen de Patagones




Carmen de Patagones, la ciudad más antigua de la Patagonia Argentina.
Asentada a orillas del Río Negro, es la ciudad más austral de la Provincia de Buenos Aires y cabecera del Partido de Patagones. Portal de la Región Patagónica, constituye dentro de la amplia geografía argentina, el mojón que marca el nacimiento mismo de esta región. Esta población, es la más antigua de la Patagonia, nació a su vez como fuerte y puerto gestándose como cuna de héroes y corsarios. Su rica historia comenzó hace más de 225 años con la llegada a estas tierras de Francisco de Viedma y Narváez, quien la fundó por la orden del Rey Carlos III de España el 22 de abril de 1779.


¿Por qué Maragato?

“Maragato” se denomina a los habitantes de la comarca de León y Asturias (España), al oeste y sur de Astorga; cuya principal ocupación era la arriería. De esta comarca provinieron los primeros habitantes a Carmen de Patagones y Viedma.
Es por eso que al habitante de Carmen de Patagones, se lo conoce como “Maragato”.-
Hoy Patagones y Viedma, forman una comarca turística de altísimo valor histórico, natural y antropológico


Breve Historia

El 22 de Abril de 1779, Francisco de Viedma y Narváez fundó el fuerte y la población Nuestra Señora del Carmen , con el objeto de afianzar la soberanía hispana sobre territorios patagónicos.
La economía local se basaba en la agricultura y ganadería. La Revolución de Mayo de 1810 agravó las condiciones de vida. Al diluirse la situación geopolítica de Patagones, se eliminaron las medidas de protección a la producción local y se descuido la calidad de los jefes y tropas que se enviaban al establecimiento, esto puso a Patagones al borde de su desaparición.
Hacia 1820 Patagones sale de la crisis al convertirse en proveedor de sal. Tal vinculación abrió además mercados regulares para su trigo, cueros, carne salada y los productos provenientes de la economía indígena. EL gobierno provincial, demostrando un "nuevo interés" por los destinos de la aldea, procura el reordenamiento institucional del establecimiento.
Las primeras familias llegadas desde Asturias y León, debieron resguardarse del clima y del aborigen cavando sus viviendas en el barranco, testimonios que han logrado resistir el paso del tiempo, constituyendo hoy manifestación única en su tipo.
Atender la cuestión de la vivienda sólo marcó el comienzo de las epopeyas vividas, pues estas familias sintieron en rigor lo que significó ser el poblado del fin del mundo, la dificultosa comunicación con el blanco, la convivencia con el aborigen, al punto de tener que sortearse uno de los más duros episodios al defender estos territorios de los invasores extranjeros el 7 de Marzo de 1827.
La lejanía de estas tierras despertó de inmediato la curiosidad de reconocidos viajeros, científicos y exploradores de todo el mundo: George Musters, Alcides D'Orbigny y Charles Darwin, fueron algunos de los que visitaron la población.
La importante actividad portuaria que tuvo Patagones y la inmigración europea, motivó la llegada de italianos, españoles y franceses, quienes construyeron viviendas y edificios de destacable arquitectura y originalidad.
Sus 225 años de historia llenan de significado su Casco Histórico. Así esta ciudad nos invita a descubrir la historia patagónica, transitando sus calles serpenteadas, sus veredas escalonadas, sus casonas de adobe, sus plazas, monumentos, museos y edificios antiguos coronados por las torres de la Iglesia Parroquial, obsequiándonos una imagen incomparable que retrata el pasado floreciente de este lugar.

lunes, 16 de febrero de 2009

Osorno





Unida con San carlos de Bariloche (Argentina) por una ruta totalmente pavimentada (250 Km.), es el punto de partida para los turistas argentinos que visitan la Región de Los Lagos.
Está ubicada a 120 Km. de la frontera con Argentina y 65 del litoral marítimo.
Sus principales atractivos turísticos son la Catedral San Mateo de Osorno y el Fuerte Reina Luisa sobre el río Rahue.
Algunas de sus casas de madera construidas en el siglo XIX han ido declaradas Monumemto Nacional.


Historia

Fuente: Wikipedia

El 27 de marzo de 1558 es fundada por García Hurtado de Mendoza con el nombre de "Villa de San Mateo de Osorno", en honor a su abuelo, el Conde de Osorno (en España). La villa es situada en la confluencia del río Las Canoas (actual Río Rahue) con el Río Damas. La primera población era de unos 60 españoles, y algunos indígenas. En el área vivían en la época unas 80 mil personas nativas.
Interior de la Catedral de San Mateo de Osorno
Sin embargo, producto del desastre de Curalaba, la ciudad posteriormente sería cercada por los indígenas huilliche y destruida en 1602; con lo cual igualmente desaparece el Corregimiento de Osorno.
Solo 190 años después, Tomás de Figueroa tomaría posesión de las ruinas el 22 de noviembre de 1792.
Luego al año siguiente, es celebrado el Parlamento de Las Canoas en las orillas del río Rahue, en el valle e inmediaciones de los restos de la antigua ciudad de Osorno.
Posteriormente bajo la orden de don Ambrosio O'Higgins, la ciudad de Osorno es reconstruida; separándose del Gobierno de Chiloé y pasando a integrar parte de la Intendencia de Concepción dentro de la Capitanía General de Chile. Siendo en 1796 declarada oficialmente repoblada. Tras este logro O'Higgins recibe el título de "Marqués de Osorno".
Entre el 1 de junio de 1798 y el 28 de octubre de 1802, la ciudad estuvo bajo la jurisdicción directa del virrey del Perú. En 1811 pasaría a depender nuevamente del Virreinato del Perú, siendo recuperada nuevamente en 1822; pasando a depender del antiguo gobierno de Valdivia.
En el siglo XIX, el gobierno chileno trae a colonos alemanes para que ayuden en el crecimiento de la región. Éstos ayudaron a que la comuna se transformara en el epicentro de la Ganadería Nacional, dando así un impulso económico a la propia región.
Finalmente, luego de numerosos cambios en la división político administrativa de Chile, Osorno dejaría de depender de la antigua Provincia de Valdivia y pasa a convertirse en la capital de la provincia del Con la refundación de la Villa de San Mateo de Osorno (Osorno), en 1796 la ciudad pasa a ser el asiento (capital) del Partido de Osorno, territorio que corresponde a la antigua Provincia o Corregimiento de Osorno, que existió hasta 1602.
Con la Constitución de 1823 el Partido de Osorno cambia de denominación a Delegación de Osorno, con la ciudad como cabecera(capital) de esta delegación.
En la constitución de 1833, cuando se realiza un cambio a la división político administrativa, al conformarse el Departamento de Osorno, la ciudad se convierte en la cabecera (capital) de este departamento.
El 19 de enero de 1940, se promulga la ley de creación de la Provincia de Osorno, y la ciudad paso a ser la capital de esta provincia.
Posteriormente, durante los años 1970, ya en el siglo XX, cuando ocurre un nuevo cambio en la división política-administrativa del país y se suprime la división por departamentos, la ciudad pasa a ser además de la capital de la provincia, iguamente la capital de la comuna del mismo nombre.

sábado, 14 de febrero de 2009

Mar del Sur




A 17 kilómetros de Miramar se encuentra esta pequeña localidad que nació para convertirse en el Gran Balneario Argentino.
Frustrado ese sueño, hoy es un lugar casi de "culto" marcado por la imponente figura del Hotel Boulevard Atlántico, último rescoldo de aquellos años.
Su propietario, Eduardo Gamba, aún sueña con algún acto oficial o iniciativa privada que permita salvar de la ruina al centenario edificio.


Un hotel glamoroso convertido en mito


Nota publicada en el Diario La Nación, el Sábado 1 de Octubre de 2005.

El Boulevard Atlántico fue un establecimiento cinco estrellas que recibió la visita de las familias más tradicionales del país.

MAR DEL SUR, partido de General Alvarado.- El Boulevard Atlántico Hotel es un lugar mágico, lleno de misterio, de atracciones secretas y de la gloria de los pioneros. Su sola visión remite a tiempos idos, en los que los hombres cargaban con sombreros sobre sus cabezas y las mujeres se bañaban en los mares completamente cubiertas de ropas. Este establecimiento tuvo todo el prestigio y lo que actualmente se valora como glamour.
El Boulevard Atlántico Hotel fue un establecimiento cinco estrellas, pero hoy algunos pedazos de cielo se pueden ver desde dentro del edificio, en medio de los tejados que se volaron.
Su historia no es una más. Es mucho más que un conglomerado de fechas y ladrillos. Es la historia de un pueblo. O como les gusta por estos pagos del partido de General Alvarado, donde el hotel permanece emplazado desafiando a su propia vergüenza, “Mar del Sud es un pueblo en un hotel”.
Al mismo tiempo, y tal vez para alimentar un poco más el mito que todavía lo sostiene, los responsables del hotel afirman que hay dando vueltas una millonaria inversión privada, para rehabilitar su alma perdida y recuperar el brillo que supo conseguir a finales del siglo XIX.
Así como en otras partes de la provincia los fuertes de frontera fueron los que marcaron hitos lugareños, el Boulevard Atlántico fue el gran responsable del surgimiento del pueblo. Alrededor del lugar en el que fue emplazado el establecimiento, no había nada. Ni iglesia, ni comisaría, ni escuela ni sede comunal. Fue el disparador de lo que hoy conocemos como Mar del Sur, incluso antes del surgimiento de Miramar, su vecina más cercana y crecida.
La historia del hotel comenzó allá por 1880, cuando se buscó convertir en esa zona el gran balneario argentino. Para eso, se contrató a especialistas alemanes para que, entre La Plata y Bahía Blanca, buscaran la mejor playa. Así, en tierras de la familia Otamendi, a fines de 1800 se empezó a soñar con la villa al norte del arroyo La Carolina y se comenzó a construir el que sería el Hotel Mar del Sur. Sin embargo, el avance de los médanos y la mala elección del lugar hizo malograr la iniciativa.
Lo que no naufragó fue la idea de construir un gran hotel, y para eso el Banco Constructor de la Plata, dirigido por Carlos Schweitzer, avanzó en la obra de un impactante establecimiento de estilo europeo, sin precedentes en el país.
En 1881 empezaron a juntarse los materiales para tamaña obra, lo que de por sí ya era impactante, porque debían movilizarse en carretas desde Mar del Plata. Todo demandó dos años. Unos años después, la obra estuvo culminada y comenzó a funcionar. Sin embargo, en medio de una gran crisis, durante el gobierno de Miguel Juárez Celman, el banco responsable de la obra quebró, su ideólogo se suicidó y el hotel quedó a la deriva.
En 1903 todo fue a remate en Dolores, y recién un año después comenzó lo que sería la verdadera explotación del lugar.
Inicialmente, sólo dormían en sus habitaciones los dueños y algunos invitados especiales. Sólo ellos podían disfrutar del lujo de los decorados, las vistas de las habitaciones, o transitar la gran alfombra roja que cubría la escalera central hacia el primer piso. Recién en 1911 se abrió por completo al público, con sus 90 habitaciones.
Por aquellos años, los pasajeros, en su mayoría de familias tradicionales, demostraban un gran interés por el lugar, ya que de otra manera no se explicaba que recorrieran en incómodos carruajes decenas de kilómetros por tierra. En sus amplios salones circularon también ruletas, pantallas de cine o parejas de bailes toda la noche.


Caídas y resurgimientos

Pero no todo fue glamour para el hotel, que también recorrió un largo espinel de cuestiones desagradables, desde un incendio que destruyó buena parte de las instalaciones hasta peleas entre los herederos.
Pero el Boulevard se recuperó, y entre 1983 y 1993 vivió su mejor época. Con 170 personas ocupando sus 90 habitaciones y pasajeros que sólo podían formar parte de ese exclusivo club a partir de una recomendación. En mayo y junio ya se tomaban reservas para el verano siguiente. La demanda fue tal que se debieron construir 10 departamentos en un terreno lindero, y la cocina se convirtió en tenedor libre.
En 1993 comenzó de nuevo la decadencia, y el 31 de octubre de ese año el hotel, cerrado hasta el verano, fue usurpado por un grupo de gente acusado de contrabando armas, drogas y prostitución. La situación se extendió hasta febrero de 1998, con un asesinato en el medio.
Cuando los dueños volvieron a entrar se encontraron con un verdadero desastre. Se habían dañado irremediablemente la mayoría de las habitaciones y se habían saqueado los muebles. En sus 460 metros cuadrados cubiertos, el 45 por ciento del yeso no servía más.
Pero el Boulevard Atlántico debía soportar todavía más calamidades. El 31 de enero de 1997, un tornado voló buena parte de los techos, por lo que el desastre se acrecentó. A un lado, las palmeras de más de 120 años de existencia fueron testigos privilegiados de lo que pudo ser y ya no era.
Desde ese momento, se inició una lenta reconstrucción del lugar, que llevó a que actualmente, durante las temporadas de verano, se alquilen los departamentos, y se busque poner en valor el resto del hotel. Y todo, a la espera de 1,5 millones de dólares que podría aportar un grupo inversor para tomar posesión del lugar.
Puertas adentro sólo esperan las paredes, un cuadro, un sillón, un espejo y un biombo, los únicos objetos que sobrevivieron al paso del tiempo.

Martin Glade - Diario La Nacion



Mar del Sur y la cultura

En el año 2002, el cineasta Mariano Llinás filmó una película titulada "Balnearios" que consta de varios episodios. En el primero de ellos se narra la historia del Hotel Boulevard Atlántico con algunos elementos fantásticos. El protagonismo está a cargo de Eduardo Gamba, propietario del hotel

El pionero del rock nacional, Moris, vivió (o imaginó) una historia de amor en el lugar y la hizo canción. Esta está incluida en su disco "Sur y Después" editado en 1995.


La Gaviota

Letra y música: Mauricio Birabent (Moris)


La gaviota voló y en el mar se perdió
y en la arena estábamos tú y yo.
Sos la piba del mar,corazón de ciudad,
veraneante del sexo fugaz y de Mar del Sur.

Yo venía del mar, vos de la Capital
veraneante del sexo fugaz.
Y casual fue el amor en aquel viejo hotel,
mi guitarra y después tu piel.

Mi guitarra lloró frente al sol
y la luna iluminaba el amor.
¿Cuánto tiempo pasó hasta que el sol brilló?
Yo te espero en los mares, en los Mares del Sur.

Yo te espero, amor, en aquel viejo hotel.
La gaviota voló a los Mares del Sur
Y yo voy, y yo voy a los Mares del Sur.



Una curiosidad llamada Mar del Sur


Quedan balnearios bonaerenses con aires pueblerinos, lejos del teléfono celular. Como éste, un lugar al que se vuelve, aseguran, una y otra vez

Publicado en "La Nación" el domingo 21 de enero de 2007


MAR DEL SUR.- Acá, en este pueblito agreste sobre el mar, se ven cosas curiosas.
La más llamativa tal vez sea ese hotel descomunal, el Boulevard Atlántico, que sobresale por encima de las casas y resiste con porfía el paso del tiempo. También está su propietario, un personaje que alguna vez interpretó a Drácula en el cine y que hoy vive casi atrincherado en esa mole de aires surrealistas y bellamente anacrónicos. Pero hay otras: una Virgencita a la que, entre otras ofrendas, se le dejan ojotas; una casa totalmente recubierta de caracoles (su dueño, un jubilado ferroviario de origen alemán, tardó 12 años en completar la obra); un bulevar de palmeras que se adaptaron al frío, aunque quedaron medio enclenques, o una irlandesa como Jacinta Deignan comiendo strogonoff en Makarska, el restaurante croata del pueblo (y prácticamente el único en el lugar, a decir verdad).
Así es Mar del Sur. Desconocido para buena parte de los argentinos, es capaz de aparecer en una guía turística inglesa y despertar la curiosidad de una dublinense con ganas de viajar y descansar. Porque, en definitiva, eso es Mar del Sur: un viaje al descanso.
A sólo 17 kilómetros de Miramar, esta franja de costa que nació con sueños de grandeza, con la promesa de ser el Gran Balneario Argentino, es hoy muy diferente de su vecino más famoso. Aquí no hay edificios, ni casinos, ni centros comerciales, ni discotecas, ni cines, ni semáforos, ni tantas otras cosas. Y para los habitués del lugar, esos que llegan todos los años con una fidelidad que conmueve, mejor que sea así. Mejor que el esperado ferrocarril, allá por fines del siglo XIX, no haya llegado nunca. Y que el espíritu de esta villa, que es mezcla de campo y playa, donde todos se conocen y saludan con la familiaridad de amigos, haya quedado intacto.
Ahí nomás, entre las casas, detrás de las rocas, desparramados entre los pastizales o bordeando los campos sembrados, todavía andan a sus anchas ovejas, vacas y caballos. Que nadie sabe bien de quién son, pero ahí andan. A veces se meten en el jardín de algún vecino, y entonces sale el dueño de casa a espantarlos para que no coman las plantas. Y al decir plantas hablamos de los cardos que crecen salvajes, con las flores violetas que salpican ese paisaje de pampa indómita.
Mar del Sur podría dividirse en dos. Por un lado, lo que sería el centro, con sus primeras casas construidas de espaldas al mar, resguardadas del viento (que por aquí sopla fuerte) entre una arboleda frondosa. Allí está la calle principal, la 100, única asfaltada del pueblo. A su vera hay dos supermercados; un polirrubro; una heladería; una casa de empanadas; un restaurante; el único pub (Laurel & Hardy); una verdulería; un puñadito de hoteles, además del Boulevard Atlántico, por supuesto; un local de videojuegos, otro de Internet, y eso es todo.
Después, más al Sur, en el sector Rocas Negras, están las casas más nuevas, esas que prácticamente se caen sobre el mar, que empezaron a construirlas tímidamente al principio, y con mayor ímpetu en los últimos cinco o seis años. Porque, claro, no son muchos los lugares en la costa en los que se puede tener un terreno sobre la playa por 20 mil o 30 mil dólares. O una casa en segunda línea, con precios similares a los de un dos ambientes en Buenos Aires.
Hay de todo, eso sí. Casitas que son un sueño, casas importantes, casas simples y modernas (entre ellas, algunas que comienzan a construirlas directamente para la venta), y casas que sencillamente no valen nada, piden a gritos una mano de pintura o parecen haber sido levantadas en el lugar equivocado (hay un par de construcciones alpinas, por ejemplo).
Pero la desprolijidad también es parte del encanto de este pueblo que se armó sin normas, que puede tener una casa apiñada sobre otra, o colgada de un pequeño acantilado en el medio de la nada. También un taxista puede ser vecino de un empresario, o un empresario de un actor (por acá veranean Alicia Bruzzo, Luisa Kuliok y, más recientemente, Boy Olmi y Carola Reyna), o un actor de un futbolista (el Tanque Rojas fue otro asiduo visitante).
Hace un par de años, Mar del Sur saltó por primera vez a algunos titulares por una mala noticia: una ola de robos. Pero las costumbres pueblerinas no cambiaron, la gente anda sin miedo, y aún son varios los que van a la playa y dejan la puerta sin llave, o los que jamás ponen candados en las bicicletas. Porque, hay que aclarar, bicicletas y caballos son medios de transporte tan válidos como los autos, e incluso a veces más populares. De hecho, Mar del Sur es una suerte de slow city improvisada. Sin quererlo, fue reuniendo la mayoría de los requisitos de esta filosofía, que podría resumirse en vivir la vida sin prisa. Sin prisa ni ruidos, luces de neón, ni incluso teléfonos celulares (no es a propósito: acá no hay señal).
Podrían decirse muchas cosas de Mar del Sur, en verdad. También de su gente. Gente que quiere tanto estas tierras de mar y viento como el más apasionado hincha de fútbol al club de sus amores. Y que vuelve, siempre vuelve.como llegar
En auto, por la ruta 2 hasta Mar del Plata, luego por la 11 hasta Mar del Sur (17 km pasando Miramar). El ómnibus llega hasta Miramar; de allí se puede tomar un colectivo local.

Por Teresa Bausili



Historia de un gigante a la deriva

Mientras la mayoría de los pueblos costeros surgía con un puñado de casitas primero, el trazado de algunas calles después, acá se levantó un hotel de 4500 metros cubiertos, techo de pizarra francesa y más de noventa habitaciones. Todo en medio de médanos infinitos y la promesa de que aquél sería el mejor balneario argentino.
El Boulevard Atlántico fue edificado en 1886, por alemanes y argentinos agrupados en un banco de La Plata. Pero apenas estuvo terminado estalló la crisis del 90, el banco quebró, el esperado ferrocarril nunca llegó y el hotel quedó a la deriva. Lo siguiente podría inspirar decenas de libros y películas (el cineasta Mariano Llinás ya realizó aquí Balnearios ). En 120 años, la mole neoclásica resistió tornados y diluvios, sufrió un incendio y saqueos, pasó del esplendor a la decadencia. Alojó desde inmigrantes judíos que en 1891 llegaron en el vapor Pampa hasta elegantes huéspedes que venían en carruajes desde Miramar. El semanario italiano Oggi incluso desliza que allí se refugió Hitler, cuando la derrota alemana era inminente.
En 1972, luego de pasar por varias manos, Eduardo Gamba, asiduo veraneante y actor amateur (dice que hizo de Drácula en Penumbras y actuó en La Fierecilla Domada y Recuerdos del pasado ), compró el hotel, que funcionó a pleno hasta 1993, cuando fue usurpado por un grupo de contrabandistas. Su dueño pudo recuperarlo cuatro años más tarde, cuando ya se había venido abajo. Hoy, entre paredes desvencijadas, motos en la cocina y gatos flacuchos, sólo vive Gamba, el hombre que sueña con alguna inversión que rescate al gigante del olvido y la vergüenza. "Pero si el hotel se hunde, yo me hundo con él", sentencia.

Palacio Piria - Punta Lara



Este verdadero monumento a la indolencia de los políticos argentinos está ubicado sobre la avenida Almirante Brown, costanera de la localidad de Punta Lara.
Hasta la década de los '60 circuló a escasos metros el ferrocarril que unía esta playa con La Plata y Buenos Aires.


Un poco de historia

En 1827 Luis Castells pasa a ser propietario de la Estancia Punta Lara. En 1907 comienza la edificación del Palacio que fue inaugurado en 1910. Francisco Piria, uruguayo, lo adquiere en 1925 con el propósito de transformar la zona en un importante balneario, donde vivió hasta fines de los años ´30. Al no poder concretarlo, regresa a su país, y funda Piriápolis. En 1947, el Palacio y las 141 hectáreas que lo rodean pasan a manos del Gobierno Provincial por donación de la familia Piria, para uso residencial de los gobernadores. Esto no se concretó. Durante algunos años funcionó una colonia de vacaciones para niños huérfanos. Fue cedido a la Municipalidad de Ensenada, que perdió sus derechos por no poder hacerse cargo de su recuperación. Declarado Monumento de Interés Histórico Provincia.


Actualidad

El del Piria es un caso grave. Si bien quedan algunos vestigios de lo que alguna vez fue un imponente palacio, allá en los primeros años del siglo XX, la suerte de uno de los edificios más antiguos de Punta Lara parece estar echada. Aunque legalmente dependa del gobierno provincial, la mansión se encuentra desde hace décadas sin que nadie se haga cargo de su mantenimiento.
"Es una joya arquitectónica que se está cayendo a pedazos", reconocía en 2003 Liliana Espósito, secretaria de gestión pública de la Comuna de Ensenada, y agregaba que ese municipio "no puede hacer nada para recuperarlo. Primero porque legalmente no le corresponde. Y segundo, porque tampoco tenemos los recursos necesarios".
En la actualidad, la mansión está literalmente convertida en un depósito de escombros y, por lo tanto, dándole la espalda a su propia leyenda.

Las fotos fueron tomadas en 2007 y 2008

viernes, 13 de febrero de 2009

Dique-puente Ingeniero Ballester






Atraviesa el Río Neuquén para unir Barda del Medio (Río Negro) con Vista Alegre (Neuquén).
Tiene 400 metros de largo y fue construido entre 1910 y 1916, posee 17 compuertas en total (las cuales regulan las aguas del río) y es punto de partida de otras obras hidraúlicas en la región.
Cercano a su centenario, sus viejos muros también sirven para manifestar el repudio popular a un siniestro personaje de la política nacional.

Ruta Nacional 151










Atraviesa el oeste pampeano uniendo Santa Isabel con 25 de mayo.
En aproximadamente 200 kms. sólo se encuentran las pequeñas localidades de Algarrobo del Águila y Puelén.
Es el paso obligado entre Mendoza y la Patagonia.
Las fotografías intentan reflejar la dureza del paisaje y la precariedad en que viven los escasos habitantes de la zona donde uno se puede encontrar con curiosidades como un entrenador de perros galgos para una competencia deportiva (en Santa Isabel).
El curso de agua que se aprecia en una de las fotos es el "Arroyo de la Barda", cercano a Algarrobo del Águila, de curso intermitente.
La situación de la zona se agravó notablemente en la década de los '40 cuando fueron construídas una serie de represas en la provincia de Mendoza que afectaron el caudal de los cursos de agua que la surcan.
Esto dio lugara un conflicto que después de más de seis décadas no ha concluído.

El poeta salteño Manuel J. Castilla escribió la letra de una zamba a la que pusieron música dos pampeanos en la cual se brinda un panorama de lo que significó para los pobladores de la zona la pérdida del agua


ZAMBA DEL RÍO ROBADO

Letra: Manuel J. Castilla.
Música: Enrique Fernández Mendía / Guillermo Mareque
Intérprete: Edith Rossetti

Cuando cortan el Atuel
queda sin agua el Salado
llenos de arena los ojos
va lagrimeando el pampeano.

Así, desierta la tierra,
solo se nos va quedando;
los vientos por las jarillas
sobre la sal van llorando.

¡Saladito, saladito!
Astillas de mi caldén;
El que siembra en las arenas
se va muriendo de sed.

Agüita robada, agüita,
¿qué tierras andás regando?
Santa Isabel por el cielo
sentido te está esperando.

Agüita, cielo perdido,
que te nos vas de las manos,
vienes viniendo en el vino
y La Pampa te hace canto.

¡Saladito, saladito!
Astillas de mi caldén;
El que siembra en las arenas
se va muriendo de sed.


Cuando en el oeste hay abundancia o exceso de agua, las compuertas se abren y los pampeanos pueden diasfrutar del vital elemento. Este momento de efímero regocijo es contado por el poeta de Realicó Carlos Rodrigo y el músico de Santa Rosa Rubén Rafael Luis Evangelista (Cacho Arenas).


EL REGRESO DEL RÍO

Letra: Carlos Rodrigo
Música: Cacho Arenas
Intérprete: Cacho Arenas


Entre las piedras resecas
del curso de un río que estuvo y se fue
vuelven las aguas oscuras
que de vez en cuando nos manda el Atuel.

Vienen bajo el sol de agosto
bañando las ramas del viejo caldén
aquel que esperando en vano
el rumor del agua se murió de sed.

Vuelve a vivir el Salado
su antiguo murmullo de arena y tonel
y le cantan las calandrias
junto al viejo puente de Santa Isabel.

El Arroyo de la Barda
abre su garganta de jarilla y sal
y ese milagro esperado
pone mil matices en el pedregal.

Tornan los mustios jagüeles
a llenar sus vientres secos de esperar
donde de noche la luna
como en otros tiempos se vendrá a mirar.

Vuelve a vivir el Salado
su antiguo murmullo de arena y tonel
y le cantan las calandrias
junto al viejo puente de Santa Isabel.