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domingo, 26 de julio de 2009

Una imagen con tres palabras que valen más que mil


Sólo esto. La toma fue realizada en el frente del edificio de la sede central del Banco Provincia (Banco de la Provincia de Buenos Aires, Avenida 7 entre 46 y 47, La Plata) el 23 de julio de 2009.

jueves, 16 de julio de 2009

El Bariloche de Lata y Madera








La pobreza siempre duele, pero cuando se exhibe a metros de la opulencia el dolor y la rabia se potencian.
Alguien bautizó a San Carlos de Bariloche como la "Suiza Argentina". La apreciación es sólo acertada en lo que se refiere al paisaje.
En lo demás, poco o nada difiere esta "Capital de los Lagos del Sur" del resto de las ciudades latinoamericanas con una historia de injusticia social profundizada hasta lo impensable por las políticas neoliberales de fines del siglo XX.
A mitad de los '80, Nelson Ávalos, un joven cantautor oriundo de "El Pedregoso" en el noreoeste chubutense estudiaba en Bariloche y allí escribió los versos (luego hechos canción) que transcribimos.
Las fotografías, testimonio desgarrador de la realidad que describimos fueron tomadas en un asentamiento ubicado a escasas 15 cuadras del Centro Cívico,símbolo turístico de la ciudad: en la manzana comprendida entre las calles Horacio Anasagasti, Emilio Frey, Monseñor Fagnano y John O'Connor


LATA Y MADERA
Letra y música: Nelson Ávalos


Esto de la pobreza
por cierto es cosa seria.
La capilla en el medio
y alrededor, miseria.

Mucha lata y madera,
mucho viento golpeando,
además de los gritos
van las bolsas volando.

Oh, Princesa del Lago,
cuida más a tu espalda
o tu empolvada cara
no te sirve de nada...
no te sirve de nada.

Multicolor y ahumado
el pobre caserío.
Multicolores, sucios,
los harapientos críos.

En noches impensables
se traduce la vida:
puro alcohol el paisano,
y las manos vacías.

Oh, Princesa del Lago,
cuida más a tu espalda
o tu empolvada cara
no te sirve de nada...
no te sirve de nada.

Esa empolvada cara
no te sirve de nada.

domingo, 5 de julio de 2009

Pilcaniyeu



Este pueblo nació con la llegada del General Roca a la unión de algunas huellas creadas por los pueblos originarios. Hoy esas huellas son la Ruta Nacional 40 y la Ruta Nacional 23.
Algunos grupos indígenas, ya impotentes en el avasallamiento de sus tierras, corridos por las tropas del Ejército Argentino, más algunos inmigrantes europeos y sirio-libaneses decidieron levantar sus casas en aquel lugar, aprovechando el movimiento en la unión de esas huellas. En los alrededores, y favorecidos por la Ley Avellaneda de 1891 que ofrecía tierras a quien lo solicitara, se fueron instalando estancias, dedicadas mayoritariamente a la explotación ganadera ovina.
Años más tarde, se estableció el ferrocarril hasta San Antonio Oeste. Por aquellos años este puerto era un importante centro de distribución de lana traída desde la Patagonia en carros, para luego ser embarcada hacia Inglaterra, desde donde, convertida en tela, era vendida a todo el mundo.
La extensión de la vía férrea hacia el oeste sería prácticamente un hecho hacia 1931. En ese año, llegó el primer tren a Pilcaniyeu, cuya estación se construyó a pocos kilómetros del emplazamiento original en la intersección de las huellas, ya entonces caminos bien definidos.
La llegada del ferrocarril dio gran impulso al pueblo, que prácticamente volvió a nacer al lado de la vía. Hotel, fondas, casa de comercio, galpones de lana, Juzgado de Paz, parroquia y comisaría, determinaron el renacer del pueblo.
El 8 de agosto de 1939 se crea la Comisión de Fomento, dando juridicidad a la ciudad. Pero unos años después, la fibra sintética comenzó a reemplazar a las naturales, por lo que la cría de ovejas se vio seriamente afectada, y por ende lo mismo con la economía local. Resultó imposible imaginar planes para que los hijos del pueblo se queden a vivir en su lugar de origen y evitar la migración hacia las ciudades, con la consecuente pérdida de cultura, especialmente las antiguas tradiciones.
Pilcaniyeu, al igual que los pueblos de la llamada "Línea Sur" rionegrina, sufre la constante pérdida de población. La mayoría de las personas migran a centros urbanos cercanos, en el caso de Pilcaniyeu, a San Carlos de Bariloche.