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miércoles, 26 de mayo de 2010

La Boca, un barrio y miles de historias








La Boca es un barrio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Está situado en el límite sudeste de la ciudad. Su nombre se debe a que se ubica en la desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata. Entre otras razones, el barrio es conocido por albergar el estadio del club Boca Juniors.


Ubicación Geográfica

Está comprendido por las calles Regimiento de Patricios, Av. Martín García, Av. Paseo Colón, Brasil, la Dársena Sur y el Riachuelo. Limita con los barrios de Barracas al oeste, San Telmo al noroeste y Puerto Madero al noreste, y con las localidades de Dock Sud y Avellaneda al sur.

Historia

La zona donde actualmente se encuentra La Boca fue el lugar donde Pedro de Mendoza realizó la primera fundación de Buenos Aires en 1536. En épocas de la Colonia española La Boca era una zona de barracones para los esclavos negros. En el período independiente funcionaron allí saladeros (cobertizos en que se salaba la carne vacuna para la exportación) y curtiembres de cuero.
En la Boca se localizaba el principal puerto de Buenos Aires pero su poca profundidad no permitía navíos de gran calado y por eso, tras la propuesta de Eduardo Madero, el puerto se trasladó más al norte. Al ser la zona de mayor entrada de barcos, a finales del siglo XIX comenzó a ser habitado por inmigrantes italianos, principalmente genoveses, que le dieron su fisonomía actual. Los inmigrantes se agrupaban en Conventillos y pintaban sus casas con los sobrantes de pintura que traían los marineros, como la pintura no alcanzaba para pintar una casa de un mismo color, se utilizaron diversos colores para pintarlas.
Los conventillos eran construcciones de chapas con una gran cantidad de pequeñas habitaciones, donde se “acomodaba” cada familia, con una cocina y un baño compartido por todos los inquilinos que la habitaban. Siempre había un patio y balcones irregulares que fueron el ámbito donde se mezclaban y enriquecían las diferentes culturas en una interrelación que dio origen a una pintoresca versatilidad de personajes- como El bombero, la prostituta, el “cafishio”, el enano, el equilibrista o el borracho -, que son rescatados luego por el arte popular.
La Boca de 1870 tenía ya una fisonomía característica y en 1895 era la segunda sección de la Capital. Sobre una población de 38.000 habitantes, 17.000 eran argentinos, 14.000 italianos, 2.500 españoles y el resto de otras nacionalidades.
A los residentes de La Boca y por extensión a su equipo de fútbol, el popular Boca Juniors, se los conoce aún como Xeneizes (deformación de "zeneixi", es decir, genoveses, en su propio dialecto). Los inmigrantes construyeron casas de chapas de metal acanaladas, montadas muchas veces sobre pilotes o cimientos altos debido a las frecuentes inundaciones, y pintadas con colores brillantes.
Zona portuaria y proletaria, el mayor exponente artístico del barrio fue Benito Quinquela Martín, un pintor que reflejó las tareas del puerto y la vida cotidiana de su gente en estilo neoimpresionista. También el primer diputado socialista de América fue elegido por ese barrio en 1905, cuando votó a Alfredo Palacios para que los representara en el Congreso.

José Ceppi, alias Aníbal Latino, periodista porteño, en su libro "Argentinos y europeos. Cuadros sudamericanos" escribió:
Al sur de Buenos Aires, a seis o siete kilómetros del centro de la ciudad, a lo largo de la orilla de un pequeño río canalizado en cierta extensión y que se llama Riachuelo, extiéndese La Boca, un barrio o mejor dicho un suburbio vastísimo de la población. Está separado de la ciudad solo por una extensa faja de terreno poblada por algunas casas esparcidas: la comunicación es cómoda, fácil, rápida, continua, por tramway y por ferrocarril; y sin embargo tiene un carácter tan diferente, tan especial, que parece estar á cincuenta millas de distancia. Muchos, hasta en Buenos Aires, hablan de la Boca como si hablasen de otra ciudad, no de un barrio que está á dos pasos de la gran plaza.

La República de La Boca

En 1882 a raíz de un conflicto laboral que culminó con una huelga, un grupo de inmigrantes genoveses decidieron independizar a La Boca de la Argentina.
Firmaron un acta en la que informaron al Rey de Italia que habían constituido la "República Independiente de La Boca" y levantaron su bandera. El General Julio Argentino Roca, por entonces Presidente de la Nación, acudió en persona al lugar con el Ejército, quitando la bandera genovesa izada en un mástil y solucionó el conflicto.

En 1884, ante los frecuentes incendios de los conventillos, el barrio fue testigo de la creación del primer cuartel de bomberos voluntarios del país, entidad a la que se denominó Asociación Italiana de Socorros Mutuos Bomberos Voluntarios de La Boca, ubicada en la calle Brandsen, del barrio. También La Boca fue conocida y recordada por sus carnavales y sus comparsas como El Trapito, los Nenes de Suárez y Caboto, el Rosedal entre otros. Algunas versiones indican que los acordes de la Marcha Peronista fueron tomados de la marcha de El Rosedal.
La vecindad del Riachuelo es uno de los sectores de la ciudad más visitados por los turistas por estar muy vinculado a la mitología del tango. La Vuelta de Rocha, donde el Riachuelo hace una amplia curva, es uno de sus lugares más característicos, como Caminito, una callejuela inmortalizada por el tango del mismo nombre, de Juan de Dios Filiberto. Sin embargo, el autor de la letra del célebre tango (Gabino Coria Peñaloza) era riojano y los versos fueron inspirados en el paisaje de su provincia natal. Allí se venden pinturas, souveniers y artesanías. Los domingos hay parejas de tango que bailan sobre su empedrado. Se aprecian edificios de 2x2 metros construidos con chapa y cartón. La ribera fue convertida en paseo y una obra de ingeniería hidraúlica ha conjurado la maldición de las inundaciones. El estadio de Boca Juniors es considerado un monumento por los xeneizes. Llamado La Bombonera por sus gradas elevadas que le dan forma de caja, el espectáculo de un partido de fútbol resulta allí inolvidable por el reconocido fervor de los hinchas de Boca y su carnaval de luces de bengala, papeles de colores y bombas de estruendo.

La Boca y el tango

La música ciudadana ha retratado cientos de veces historias y realidades de este barrio porteño. Los inmigrantes (italianos en su mayoría) han sido protagonistas de muchas de ellas


CANZONETA

Letra: Enrique Lary - Música: Ema Suárez
Intérperete: Héctor Mauré

La Boca... Callejón... Vuelta de Rocha...
Bodegón... Genaro y su acordeón...

Canzoneta, gris de ausencia,
cruel malón de penas viejas
escondidas en las sombras del figón.
Dolor de vida... ¡Oh mamma mia!...
Tengo blanca la cabeza,
y yo siempre en esta mesa
aferrado a la tristeza del alcohol.

Cuando escucho "Oh sole mio"
"Senza mamma e senza amore",
siento un frío acá en el cuore,
que me llena de ansiedad...
Será el alma de mi mamma,
que dejé cuando era niño.
¡Llora, llora, Oh sole mio;
yo también quiero llorar!

La Boca... Callejón... Vuelta de Rocha...
Ya se van Genaro y su acordeón...

¡De mi ropa, qué me importa
si me mancho con las copas
que derramo en mi frenético temblor!
Soñé a Tarento en mil regresos,
pero sigo aquí, en la Boca,
donde lloro mis congojas
con el alma triste, rota, sin perdón.



LA CANTINA

Letra: Cátulo Castillo - Música: Aníbal Troilo
Intérperete: Héctor Mauré

Ha plateado la luna el Riachuelo
y hay un barco que vuelve del mar,
como un dulce pedazo de cielo
con un viejo puñado de sal.

Golondrina perdida en el viento,
por qué calle remota andará,
con un vaso de alcohol y de miedo
tras el vidrio empanado de un bar.

La cantina
llora siempre que te evoca
cuando toca, piano, piano,
su acordeón el italiano...
La cantina,
que es un poco de la vida
donde estabas escondida
tras el hueco de mi mano.
De mi mano
que te llama silenciosa,
mariposa que al volar,
me dejó sobre la boca, ¡sí!
su salado gusto a mar.

Se ha dormido entre jarcias la luna,
llora un tango su verso tristón,
y entre un poco de viento y espuma
llega el eco fatal de tu voz.

Tarantela del barco italiano
la cantina se ha puesto feliz,
pero siento que llora lejano
tu recuerdo vestido de gris.

2 comentarios:

  1. Loco, la Boca no es un barrio. Es la vida... es... ay, padrecito, una pasiòn incrustada en sus adoquines, sus maderos y sus chapas. Es una alegría del alma y una pena del corazón. Es un grito de gol y una canción. Es el olor del Riachuelo. Es el piafar de los barcos y el relinchar de los trenes... es un grito de amor azul y oro, inmortal hasta cuando el alma se nos va. Es un chamuyo susurrado en genovés, es...LA BOCA.

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  2. Pero que lindas fotos! que buenos temas de Tango!
    este barrio al parecer tiene vida propia!
    es al primer lugar que quiero ir cuando vaya a Buenos Aires, estaba pensando donde me conviene parar, necesito encontrar para alquilar departamentos en Buenos Aires pero nose en que parte me conviene, en La Boca hay? sino estaba pensando en Palermo o Recoleta.

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