La inundación de 1985 destruyó la villa turística Lago Epecuén.
Las aguas estuvieron a las puertas de la vecina ciudad de Carhué que fue salvada gracias a la construcción de un terraplén.
El cementerio de la localidad, en cambio, quedó sumergido.
Un cuarto de siglo después el descenso de las aguas permite apreciar este lugar considerado sagrado por la mayoría de los carhuenses que tienen allí sus difuntos.
Las aguas estuvieron a las puertas de la vecina ciudad de Carhué que fue salvada gracias a la construcción de un terraplén.
El cementerio de la localidad, en cambio, quedó sumergido.
Un cuarto de siglo después el descenso de las aguas permite apreciar este lugar considerado sagrado por la mayoría de los carhuenses que tienen allí sus difuntos.
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