La pobreza siempre duele, pero cuando se exhibe a metros de la opulencia el dolor y la rabia se potencian.
Alguien bautizó a San Carlos de Bariloche como la "Suiza Argentina". La apreciación es sólo acertada en lo que se refiere al paisaje.
En lo demás, poco o nada difiere esta "Capital de los Lagos del Sur" del resto de las ciudades latinoamericanas con una historia de injusticia social profundizada hasta lo impensable por las políticas neoliberales de fines del siglo XX.
A mitad de los '80, Nelson Ávalos, un joven cantautor oriundo de "El Pedregoso" en el noreoeste chubutense estudiaba en Bariloche y allí escribió los versos (luego hechos canción) que transcribimos.
Las fotografías, testimonio desgarrador de la realidad que describimos fueron tomadas en un asentamiento ubicado a escasas 15 cuadras del Centro Cívico,símbolo turístico de la ciudad: en la manzana comprendida entre las calles Horacio Anasagasti, Emilio Frey, Monseñor Fagnano y John O'Connor
LATA Y MADERA
Letra y música: Nelson Ávalos
Esto de la pobreza
por cierto es cosa seria.
La capilla en el medio
y alrededor, miseria.
Mucha lata y madera,
mucho viento golpeando,
además de los gritos
van las bolsas volando.
Oh, Princesa del Lago,
cuida más a tu espalda
o tu empolvada cara
no te sirve de nada...
no te sirve de nada.
Multicolor y ahumado
el pobre caserío.
Multicolores, sucios,
los harapientos críos.
En noches impensables
se traduce la vida:
puro alcohol el paisano,
y las manos vacías.
Oh, Princesa del Lago,
cuida más a tu espalda
o tu empolvada cara
no te sirve de nada...
no te sirve de nada.
Esa empolvada cara
no te sirve de nada.
Triste la pobreza donde sea, siempre nos duele, por otra parte esa canción de Nelson Ávalos es muy hermosa.
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